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A un año de la primera...

Ancla 1

Mis rulos al viento, hermosos y queriendo mostrarse ese día, cómo si supieran que al poquito tiempo no iban a estar.

Mí mente trayendo pensamientos poco agradables, generando algunos miedos o dudas. Pero contrarrestando todo esto, mí cuerpo en calma. Diciéndome: tranqui, vamos a estar bien.

Se me viene en este instante toda la energía maravillosa que recibí ese día, y me emociona. Sentí absolutamente a todas y cada una de las personas que me enviaron su magia, sus oraciones y sus buenos deseos desde lo más profundo de sus corazones, gracias, infinitas gracias.

Por supuesto que no fue un día más, fue el día que arranque las quimios, la primera de dieciséis.

Arranqué esa mañana, luego de una ducha, tomando un jugo de repollo con gotas de esencia de orégano.Agarré mí mochila donde cargué todos los manuales de Access (que me acompañaron todo el tratamiento), el agua (infaltable) y los auriculares.

Llego mí Mamá, cómo cada mañana que tocaba quimio, y partimos al hospital. Nerviosismo mezclado con ansiedad y paz, mezcla rara ante una situación "rara".

La sala de oncología me esperaba, y Ana la enfermera estaba lista para comenzar.

Le pedí si podía tocar la droga antes de colocarla, me miró raro, y pregunto, ¿Haces Reiki? Si, le dije, pero además quiero hacerle otras cositas (access). Me las dio y activé toda la energía que se podía!!!!

Comenzó a pasar la droga por mis venas. Mientras me puse los auriculares con procesos verbales de access limpiando los puntos de vista de mí cuerpo y el cáncer, leyendo procesos y corriéndome procesos de cuerpos. Todo al mismo tiempo. Mí cuerpo "raro", incómodo, sentía como corría ese líquido rojo por mí cuerpo , como corría por mí cuero cabelludo. Y como a su vez, mi cuerpo tan sabio, me pedía más y más procesos.

A las dos horas termina, de vuelta a casa.

Llegué, saqué esta foto al sol acompañada del mate y se las envié a todos los que estaban haciendo fuerzas por y para mí, ese día.

Ese día y esa noche fueron tranquilas, la siguiente se complicó un poco, comenzaron las sensaciones en el cuerpo de como corría la droga, a medida que las horas pasaban, más se sentía. Ardor, dolor articular y muscular, náuseas, cada vez más intenso.
Así mismo, mi cuerpo seguía pidiendo los procesos y entre dormida, por el cansancio que se siente, seguía aplicando los procesos en el cuerpo.
Cada 21 días tocaba la quimio, las siguientes no las sentí tanto como la primera. Entre quimio y quimio, hacía y las genias de mis amigas colegas ME hacían, miles de terapias y procesos, sin duda eso hizo que mi cuerpo esté tan activo, consciente y firme para pasar este tratamiento tan invasivo.
Luego de terminar las 4 “rojas”, las más fuertes, siguieron 12 llamadas las “blancas”, estas se aplicaban una por semana. Podía sentir un poco de cansancio, y en algunas ocasiones dormir bastante, pero no fue como las otras. Incluso di tantas clases, viaje a tantos lugares mientras esto sucedía.

Sin dudas la PRESENCIA en cada instante es lo que te mantiene más y más vivo.
Estar en PRESENCIA de como está tu cuerpo en cada momento, sin comparar como los demás llevaron o llevan su tratamiento. Enfocar en la sanación de tu cuerpo. En mi caso acompañando el proceso de quimio con la medicina y energía cuántica, a cada segundo.
Un diagnóstico es el momento de enfocarte nada más que en vos. Es tu cuerpo diciéndote: Ey! Aquí estoy! Y principalmente es comenzar a confiar en cada uno y en el poder de sanar del cuerpo.
Creer que el cuerpo puede cambiar cualquier cosa, siempre que uno desde la mente, emoción y espíritu también lo crea, es lo que a mí me salvó.


Te invito al placer de vivir la vida en presencia.

"Universo muéstrame la magia de vivir la vida"

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Abrazo.

Emi
19/05/2023
Villa Maria

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